sábado, 18 de junio de 2005

Al compás de Edgar Allan Poe

A Edgar Allan Poe (1809-1849) se le adjudica la creación del género policíaco, con las narraciones de Dupin, personaje que inspiró a Edgar Allan PoeArthur Conan Doyle para crear a Sherlock Holmes. Pero el género que distingue a Poe es el de terror. La obra de Poe ha influido en escritores como H.P.Lovecraft(Y muchos más de la misma corriente)... A ver que les parece esto de fragmento de cuento de Edgar Allan Poe:

Berenice (...) "Berenice y yo éramos primos y crecimos juntos en la heredad paterna. Pero crecimos de distinta manera: yo, enfermizo, envuelto en melancolía; ella, ágil, graciosa, desbordante de fuerzas; suyos eran los paseos por la colina; míos, los estudios del claustro; yo, viviendo encerrado en mí mismo y entregado en cuerpo y alma a la intensa y penosa meditación. (...)

La enfermedad -una enfermedad fatal- cayó sobre ella como el simún, y mientras yo la observaba, el espíritu de la transformación la arrasó, penetrando en su mente, en sus hábitos y en su carácter, y de la manera más sutil y terrible llegó a perturbar su identidad. ¡Ay! El destructor iba y venía, y la víctima, ¿dónde estaba? Yo no la conocía o, por lo menos, ya no la reconocía como Berenice.

Entre la numerosa serie de enfermedades provocadas por la primera y fatal, que ocasionó una revolución tan horrible en el ser moral y físico de mi prima, debe mencionarse como la más aflictiva y obstinada una especie de epilepsia que terminaba no rara vez en catalepsia, estado muy semejante a la disolución efectiva y de la cual su manera de recobrarse era, en muchos casos, brusca y repentina. Entretanto, mi propia enfermedad -pues me han dicho que no debo darle otro nombre-, mi propia enfermedad, digo, crecía rápidamente, asumiendo, por último, un carácter monomaniático de una especie nueva y extraordinaria, que ganaba cada vez más vigor y, al fin, obtuvo sobre mí un incomprensible ascendiente. Esta monomanía, si así debo llamarla, consistía en una irritabilidad morbosa de esas propiedades de la mente que la ciencia metafísica designa con la palabra atención . Es más que probable que no se me entienda; pero temo, en verdad, que no haya manera posible de proporcionar a la inteligencia del lector corriente una idea adecuada de esa nerviosa intensidad del interés con que en mi caso las facultades de meditación (por no emplear términos técnicos) actuaban y se sumían en la contemplación de los objetos del universo más comunes. (...)

Mas no se me entienda mal. La excesiva, intensa y mórbida atención así excitada por objetos triviales en sí mismos no debe confundirse con la tendencia a la meditación, común a todos los hombres, y que se da especialmente en las personas de imaginación ardiente. Tampoco era, como pudo suponerse al principio, un estado agudo o una exageración de esa tendencia, sino primaria y esencialmente distinta, diferente. En un caso, el soñador o el fanático, interesado en un objeto habitualmente no trivial, lo pierde de vista poco a poco en una multitud de deducciones y sugerencias que de él proceden, hasta que, al final de un ensueño colmado a menudo de voluptuosidad, el incitamentum o primera causa de sus meditaciones desaparece en un completo olvido. En mi caso, el objeto primario era invariablemente trivial, aunque asumiera, a través del intermedio de mi visión perturbada, una importancia refleja, irreal. Pocas deducciones, si es que aparecía alguna, surgían, y esas pocas retornaban tercamente al objeto original como a su centro. Las meditaciones nunca eran placenteras, y al cabo del ensueño, la primera causa, lejos de estar fuera de vista, había alcanzado ese interés sobrenaturalmente exagerado que constituía el rasgo dominante del mal. En una palabra: las facultades mentales más ejercidas en mi caso eran, como ya lo he dicho, las de la atención, mientras en el soñador son las de la especulación. (...)

En los intervalos lúcidos de mi mal, su calamidad me daba pena, y, muy conmovido por la ruina total de su hermosa y dulce vida, no dejaba de meditar con frecuencia, amargamente, en los prodigiosos medios por los cuales había llegado a producirse una revolución tan súbita y extraña. Pero estas reflexiones no participaban de la idiosincrasia de mi enfermedad, y eran semejantes a las que, en similares circunstancias, podían presentarse en el común de los hombres. Fiel a su propio carácter, mi trastorno se gozaba en los cambios menos importantes, pero más llamativos, operados en la constitución física de Berenice, en la singular y espantosa distorsión de su identidad personal.

En los días más brillantes de su belleza incomparable, seguramente no la amé. En la extraña anomalía de mi existencia, los sentimientos en mí nunca venían del corazón, y las pasiones siempre venían de la inteligencia. A través del alba gris, en las sombras entrelazadas del bosque a mediodía y en el silencio de mi biblioteca por la noche, su imagen había flotado ante mis ojos y yo la había visto, no como una Berenice viva, palpitante, sino como la Berenice de un sueño; no como una moradora de la tierra, terrenal, sino como su abstracción; no como una cosa para admirar, sino para analizar; no como un objeto de amor, sino como el tema de una especulación tan abstrusa cuanto inconexa. Y ahora, ahora temblaba en su presencia y palidecía cuando se acercaba; sin embargo, lamentando amargamente su decadencia y su ruina, recordé que me había amado largo tiempo, y, en un mal momento, le hablé de matrimonio. (...)

La frente era alta, muy pálida, singularmente plácida; y el que en un tiempo fuera cabello de azabache caía parcialmente sobre ella sombreando las hundidas sienes con innumerables rizos, ahora de un rubio reluciente, que por su matiz fantástico discordaban por completo con la melancolía dominante de su rostro. Sus ojos no tenían vida ni brillo y parecían sin pupilas, y esquivé involuntariamente su mirada vidriosa para contemplar los labios, finos y contraídos. Se entreabrieron, y en una sonrisa de expresión peculiar los dientes de la cambiada Berenice se revelaron lentamente a mis ojos. ¡Ojalá nunca los hubiera visto o, después de verlos, hubiese muerto! (...)"

He aquí un link a la biografía de Poe.

11 comentarios:

  1. antaño me gustabaleer a edgar alan poe ,,, y novelas ais ,,, lei mucho , me gustaba leer, jajja ahora menos , jajajaj con los años cambian las aficiones verdad ???? perfiero hacer .. pinturas o manualidaes, jeje sin malpensar jaja besitos amigo

    ResponderBorrar
  2. Edgar es ley, y Berenice es el cuento más hermosamente enfermo que se ha escrito jamás.
    Esos dientes..

    ResponderBorrar
  3. Despues de leer Berenice ir al dentista es como pagar Karme, Poe estaba loco! En fin, independientemente de eso es genial... a mi me gusta un cuento medio enfermo de una epidemia, creo que es El cuarto Purpura o no se bien pero da mello... saludines

    ResponderBorrar
  4. Te refieres a "la muerte de la máscara roja". Las habitaciones tenían cristales en las ventanas de color en acuerdo con la decoración: el cuarto azul, tenía la ventana con vidros azules y así todos por el estilo menos uno en el que la ventana era carmesí y el cuarto, forrado de terciopelo negro, el efecto de la luz del sol al iluminar el interior era...

    ResponderBorrar
  5. Tengo que decir esto: No repitan lo que leen por ahí. Ya desde el siglo pasado autores tan honestos como Baudelaire desconfiaban de las mentiras que esparció Rufus Griswold contra Poe luego de su muerte, especialmente lo del delirium tremens, entre otras lindezas. Yo diría que Poe es el creador del cuento moderno, varios géneros incluidos. No es que Poe haya inspirado al tarado de Conan Doyle, sino que éste creo su personaje Sherlock Holmes en contraposición de la metodología de investigación de Dupin (los dos eran miembros de la inteligencia política de sus respectivos países y esta divergencia literaria era en realidad un choque metodológico). Tengo un ensayo sobre estos temas. Si te interesa, escríbeme a moroico@hotmail.com

    humphreybloggart

    ResponderBorrar
  6. El método de investigación de Holmes se basa en la dedución.

    Diálogo entre Holmes y el inspector Gregory de Scotland Yard:
    "G: ¿Existe algún otro detalle acerca del cual desearía usted llamar mi atención?
    H: Sí, acerca del curioso incidente del perro en la noche.
    G: Esa noche el perro no hizo nada.
    H: Ese es el curioso incidente."
    ( ¿Ladró el perro guardián del criador cuando entraron en el establo para robar el caballo? ¿Quién es la única persona a la que no ladraría un perro guardián adiestrado? A su amo.)

    En cambio el método de Dupin se basa en la inducción (o sea, como un médico diagnosticaría una enfermedad a partir de los síntomas.
    En los "Crímenes de la calle Morgue",los horribles homicidios parecían cometidos como por una veintena de locos, pero los testigos interrogados por Dupin y la policia, refieren sólo a los gritos de tres personas que eran, una, la de una de las dos víctimas ; las otras, la de un francés (que gritaba "¡Dios mío!" en tono de regaño o angustia) y la de un "extranjero" que nadie se pone de acuerdo en señalar su nacionalidad. Además, la entrada y salida de la escena del crimen es extraordinariamente difícil por tratarse de la ventana de un cuarto piso.
    "Tenga usted en cuenta que me he referido a una energía insólita, necesaria para llevar a cabo con éxito una empresa tan arriesgada y difícil. Mi propósito es el de demostrarle, en primer lugar, que el hecho podía realizarse, y en segundo, y muy principalmente, llamar su atención sobre el carácter extraordinario, casi sobrenatural, de la agilidad necesaria para su ejecución. (...)"

    ¿Me equivoco con lo de los métodos?.

    ResponderBorrar
  7. El plano en el que debemos ubicar la diferencia Conan Doyle-Poe es el filosófico: aristotelismo vs platonismo; formalismo lógico británico contra hipótesis de la hipótesis (Da Vinci, Franklin). Cuando la lógica fracasa sobreviene la hipótesis, aquello que da sentido a la ausencia de lógica.
    El médico que diagnostica a partir de los síntomas será incapaz de identificar una epidemia nueva, una enfermedad emergente. Por eso Poe crea un "nuevo género".
    SAludos.

    ResponderBorrar
  8. Dupin, analizando los "síntomas" del caso se dio cuenta que no había hombre a quien culpar, se trataba de algo más natural, aunque no simple. El proceso de desechar hipótesis se llama abducción...

    ResponderBorrar
  9. Fragmento de "Un Estudio en Escarlata" de Doyle:

    despues ke Sherlock dedujo ke Watson provenía de Afganistan, entre otras cosas, y de explicarle su método, Watson le dice
    "Me recuerdas a Dupin, el personaje de Edgar Allan Poe, no sabia ke existieran personas asi en la vida real"
    a lo ke Holmes responde
    "No cabe duda ke tu crees ke me estas alabando, pero Dupin era un personaje muy inferior, ese truco de adivinar los pensamientos de su compañero es muy superficial y presuntuoso... sin duda tenia una mente analitica genial, pero no era tan grande como Poe lo imaginaba"

    ResponderBorrar

de Blogger (._.) (.-.)

Entradas populares