miércoles, 30 de enero de 2013

El libro fantasma



Dormiría tranquilo por las noches si no hubiera visitado la librería de los gitanos, aquella que vino a la ciudad justo antes del tiempo de lluvias del presente año. He aquí la historia:

 Paseaba entre las mesas repletas de volúmenes de dudosa procedencia, de hecho algunos libros tenían sellos de bibliotecas públicas; otros, eran burdas falsificaciones. Como todo esto resultaba muy pintoresco para mí, decidí conservar los detalles en mi memoria a través de una cámara fotográfica. Y de esta manera andube un par de horas hojeando grimorios y tomando fotos, hasta que llamó mi atención una portada extraña: era un empastado con piel... era una cara, ¿cara libro? De momento, no me atreví a tocarlo, pero minutos despues me armé de valor, lo tomé en mis manos y lo abrí para conocer su contenido. A mi mente abordaron recuerdos, o tal vez, imágenes procedentes de una vida pasada:

Leía, a la luz de una vela, una traducción latina del Al Azif, volumen escrito por el poeta loco Abdul Alhazred en el año 730 de la era cristiana . En el año 950 el libro fue traducido del árabe al griego por Theodorus Philetas con el nombre de Necronomicón , que significa "Las leyes de los muertos" y posteriormente en el año 1228, Olaus Wormius lo tradujo al latín. De cualquier manera, el Papa Gregorio IX mandó destruir todas las versiones en 1232, aunque todavía a mediados del siglo XVII existían algunas copias en España y Alemania.

En mi ensoñación, memorizaba los pasajes escritos en latín donde se describía el paso y evolución de poderosos seres venidos de los mundos que están más allá de la gélida oscuridad que rodea a las estrellas del firmamento ...

La puerta de madera estalló convertida en astillas, y unos hombres vestidos de metal y con espadas en mano irrumpieron en la habitación. Casi en el mismo instante, un viento o fuerza magnética me arrastró hacia la ventana abierta, y desaparecí en el aire, luego en la nada.

Me encontré de vuelta en la librería de los gitanos, pero el Necronomicón se había esfumado de mis manos, y al preguntar al encargado por el libro, el hombre juró nunca haberlo tenido siquiera en existencias.

Una vez que llegué a mi casa, revisé la cámara y el libro fantasma estaba ahí retratado, había una portada y un fragmento de texto, los cuales publiqué en internet, en una red social. A los pocos días, varios amigos me avisaron que sucesos extraños acontecían cuando miraban la imagen de la foto y leían la frase que transcribí: Ph’nglui mglw’nafh Cthulhu R’lyeh wgah’nagl fhtagn. Mencionaban todos ellos que aparecía una sombra invisible reptando por el techo y las paredes, y luego se desvanecía.

martes, 15 de enero de 2013

El pozo "El saladito" y la mano del hombre

En la ciudad de Tonalá, Jalisco, hay sitios de interés histórico tales como la capilla del Calvario, también llamado de la Cruz Blanca, lugar donde se ofició la primera misa en occidente en el siglo XVII; o como los pozos, de los cuales dependía el suministro de agua, y a los que los tonaltecas erigían capillas para agradecer al cielo por el vital líquido. Había una crucita o capilla para "proteger y bendecir" cada pozo.

Actualmente, en pleno siglo XXI, vemos que la mano del hombre, en vez de cuidar, está vandalizando en las calles del centro como si quisiera desaparecer la historia de Tonalá.

Todos debemos cuidar los bienes públicos, no importa que partido esté en el poder, o cuál administración sea la encargada de arreglar los desperfectos al patrimonio de la ciudad.

Nota: 09/05/2014. La placa del pozo ya fue reparada.

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