jueves, 30 de junio de 2005

El concepto jinetear

Las personas que me deben parece que se pusieron de acuerdo para pagarme en cómodos abonos. A esto la gente malora le llama jinetear el dinero y creo que tienen razón, pero yo también soy deudor en alguna parte y sé lo que es no tener en el momento para cubrir un débito. Se siente uno fatal (†).

(Para que entiendas esto del jineteo: saca a crédito un celular, en cómodos abonos de 25 pesos × semana... ¡ que das durante 10 meses! nomás échale números para que veas los réditos que pagas...Ahora, saca tus conclusiones)

sábado, 18 de junio de 2005

Al compás de Edgar Allan Poe

A Edgar Allan Poe (1809-1849) se le adjudica la creación del género policíaco, con las narraciones de Dupin, personaje que inspiró a Edgar Allan PoeArthur Conan Doyle para crear a Sherlock Holmes. Pero el género que distingue a Poe es el de terror. La obra de Poe ha influido en escritores como H.P.Lovecraft(Y muchos más de la misma corriente)... A ver que les parece esto de fragmento de cuento de Edgar Allan Poe:

Berenice (...) "Berenice y yo éramos primos y crecimos juntos en la heredad paterna. Pero crecimos de distinta manera: yo, enfermizo, envuelto en melancolía; ella, ágil, graciosa, desbordante de fuerzas; suyos eran los paseos por la colina; míos, los estudios del claustro; yo, viviendo encerrado en mí mismo y entregado en cuerpo y alma a la intensa y penosa meditación. (...)

La enfermedad -una enfermedad fatal- cayó sobre ella como el simún, y mientras yo la observaba, el espíritu de la transformación la arrasó, penetrando en su mente, en sus hábitos y en su carácter, y de la manera más sutil y terrible llegó a perturbar su identidad. ¡Ay! El destructor iba y venía, y la víctima, ¿dónde estaba? Yo no la conocía o, por lo menos, ya no la reconocía como Berenice.

Entre la numerosa serie de enfermedades provocadas por la primera y fatal, que ocasionó una revolución tan horrible en el ser moral y físico de mi prima, debe mencionarse como la más aflictiva y obstinada una especie de epilepsia que terminaba no rara vez en catalepsia, estado muy semejante a la disolución efectiva y de la cual su manera de recobrarse era, en muchos casos, brusca y repentina. Entretanto, mi propia enfermedad -pues me han dicho que no debo darle otro nombre-, mi propia enfermedad, digo, crecía rápidamente, asumiendo, por último, un carácter monomaniático de una especie nueva y extraordinaria, que ganaba cada vez más vigor y, al fin, obtuvo sobre mí un incomprensible ascendiente. Esta monomanía, si así debo llamarla, consistía en una irritabilidad morbosa de esas propiedades de la mente que la ciencia metafísica designa con la palabra atención . Es más que probable que no se me entienda; pero temo, en verdad, que no haya manera posible de proporcionar a la inteligencia del lector corriente una idea adecuada de esa nerviosa intensidad del interés con que en mi caso las facultades de meditación (por no emplear términos técnicos) actuaban y se sumían en la contemplación de los objetos del universo más comunes. (...)

Mas no se me entienda mal. La excesiva, intensa y mórbida atención así excitada por objetos triviales en sí mismos no debe confundirse con la tendencia a la meditación, común a todos los hombres, y que se da especialmente en las personas de imaginación ardiente. Tampoco era, como pudo suponerse al principio, un estado agudo o una exageración de esa tendencia, sino primaria y esencialmente distinta, diferente. En un caso, el soñador o el fanático, interesado en un objeto habitualmente no trivial, lo pierde de vista poco a poco en una multitud de deducciones y sugerencias que de él proceden, hasta que, al final de un ensueño colmado a menudo de voluptuosidad, el incitamentum o primera causa de sus meditaciones desaparece en un completo olvido. En mi caso, el objeto primario era invariablemente trivial, aunque asumiera, a través del intermedio de mi visión perturbada, una importancia refleja, irreal. Pocas deducciones, si es que aparecía alguna, surgían, y esas pocas retornaban tercamente al objeto original como a su centro. Las meditaciones nunca eran placenteras, y al cabo del ensueño, la primera causa, lejos de estar fuera de vista, había alcanzado ese interés sobrenaturalmente exagerado que constituía el rasgo dominante del mal. En una palabra: las facultades mentales más ejercidas en mi caso eran, como ya lo he dicho, las de la atención, mientras en el soñador son las de la especulación. (...)

En los intervalos lúcidos de mi mal, su calamidad me daba pena, y, muy conmovido por la ruina total de su hermosa y dulce vida, no dejaba de meditar con frecuencia, amargamente, en los prodigiosos medios por los cuales había llegado a producirse una revolución tan súbita y extraña. Pero estas reflexiones no participaban de la idiosincrasia de mi enfermedad, y eran semejantes a las que, en similares circunstancias, podían presentarse en el común de los hombres. Fiel a su propio carácter, mi trastorno se gozaba en los cambios menos importantes, pero más llamativos, operados en la constitución física de Berenice, en la singular y espantosa distorsión de su identidad personal.

En los días más brillantes de su belleza incomparable, seguramente no la amé. En la extraña anomalía de mi existencia, los sentimientos en mí nunca venían del corazón, y las pasiones siempre venían de la inteligencia. A través del alba gris, en las sombras entrelazadas del bosque a mediodía y en el silencio de mi biblioteca por la noche, su imagen había flotado ante mis ojos y yo la había visto, no como una Berenice viva, palpitante, sino como la Berenice de un sueño; no como una moradora de la tierra, terrenal, sino como su abstracción; no como una cosa para admirar, sino para analizar; no como un objeto de amor, sino como el tema de una especulación tan abstrusa cuanto inconexa. Y ahora, ahora temblaba en su presencia y palidecía cuando se acercaba; sin embargo, lamentando amargamente su decadencia y su ruina, recordé que me había amado largo tiempo, y, en un mal momento, le hablé de matrimonio. (...)

La frente era alta, muy pálida, singularmente plácida; y el que en un tiempo fuera cabello de azabache caía parcialmente sobre ella sombreando las hundidas sienes con innumerables rizos, ahora de un rubio reluciente, que por su matiz fantástico discordaban por completo con la melancolía dominante de su rostro. Sus ojos no tenían vida ni brillo y parecían sin pupilas, y esquivé involuntariamente su mirada vidriosa para contemplar los labios, finos y contraídos. Se entreabrieron, y en una sonrisa de expresión peculiar los dientes de la cambiada Berenice se revelaron lentamente a mis ojos. ¡Ojalá nunca los hubiera visto o, después de verlos, hubiese muerto! (...)"

He aquí un link a la biografía de Poe.

sábado, 11 de junio de 2005

Las vacaciones de Junio.

Las calles del pueblo se miran casi vacías, mientras el viento de 40 grados me golpea el rostro,entra la arena en mis ojos y pienso: Ya saldrán los muchachos de las escuelas -el 24 de Junio- y 8 días después de este acontecimiento,los padres de familia notarán en sus bolsillos centavitos extras para gastar en chuchulucos, o tambien para ellos irse de vacaciones. Ojalá vengan por aquí para que no se vean tantas caras tristes en los puestos y estanquillos del tianguis.

El periódo de vacaciones terminará -yo lo sé- y todos suspirarán aliviados por no tener a los mocosos en la casa, aunque todos vamos a andar un poco gastadones por la adquisición de las mochilas, útiles y cuadernos, pero esta ya es otra historia

jueves, 9 de junio de 2005

Cenizas en Junio

Llueven cenizas en las inmediaciones del volcán. Acá en Guadalajara, se percibe una neblina gris.



Noticias acerca de la erupción...



Junio no va a ser mi mes favorito este año, pues el Sol no ha alumbrado como yo esperaba, pero Mercurio me ha dicho que no debo preocuparme pues Julio va a ser favorecedor para todos .


(...)

miércoles, 8 de junio de 2005

Conclusión de la encuesta

Biológicamente, la función del sexo es procreadora y estabilizadora de relación: en los primeros encuentros sexuales la pareja forma el vínculo que los hace seguir juntos (si todo marchó bien).

En la siguiente ronda, vendrá la procreación. Las relaciones sexuales posteriores servirán para mantener unidos a los nuevos padres unos 20 años, lapso necesario en esta civilización para la crianza de un hijo (aunque actualmente los matrimonios suelen durar de 12 a 15 años en promedio).

Ahora desde el otro punto de vista:

De la misma manera que tomar una cerveza tiene propósitos distintos a los de quitar la sed -podríamos hacer una encuesta titulada "¿Qué uso haces de la cerveza?"- el sexo también puede tener otras funciones aparte de la básica de reproducción, hasta como... ¡fuente de trabajo!..

Para finalizar este escrito, les comunico que la encuesta ¿Qué uso haces del sexo? no tuvo resultados anormales. Muchas gracias por haber participado:

Anónimo, Ruru, Luz, Gi, Arboltsef, Mauro, Zerk, Magas, Rou, Mono, Garbatek, Magda, María del Carmen, PerCy, Ada, Juan Jesús y los que pueda haber olvidado.

¡Hasta la próxima!

Entradas populares