viernes, 28 de septiembre de 2007

Andador Cruz Blanca

DECORAN 100 FACHADAS EN TONALA Como primera obra, Jorge Vizcarra Mayorga, alcalde de Tonalá, dio el banderazo inicial al programa “Cien Fachadas” que contará con la participación de 14 artesanos tonaltecas quienes plasmaran sus obras en 100 fachadas de 15 cuadras del Centro Histórico de la Cuna Alfarera. Vizcarra Mayorga, dijo que este programa pretende mejorar la imagen del municipio, pues Tonalá es considerado un punto importante en materia de turismo, por lo que resaltó la necesidad de exponer el trabajo de los artesanos tonaltecas y con ello beneficiar al municipio. “Empezamos en Cruz Blanca y Santos Degollado, y lo que se pretende hacer es un andador hasta el Cerro del Reina, concluyendo en Cruz Blanca”

(#572 en Zona Metropolitana de Guadalajara. Proyectos uRBANISMO Y nOTICIAS II escrito por radoner. Foto extraída del web Herencia Milenaria. )

¡Pero ésto de arriba fue en ENERO!.

AHORA estamos en OCTUBRE y el patronato que promueve el proyecto del andador turístico, convocó a los artesanos a una junta, en la que en síntesis, reveló que el ayuntamiento no planea proveer otro recurso aparte del gastado ya en arreglar las calles, es más, que el gobierno no tiene nada que ver con el patronato .

A pesar de que no se llegó a un acuerdo acerca del anticipo del 50% que pidieron los artesanos para cubrir costos de material , el proyecto sigue discutiéndose en las mesas de diálogo de las reuniones del gremio y de los patronatos interesados en...Ya lo dirá el tiempo.

Hasta la próxima, amigos.

(La foto de abajo sí la tomé yo)

viernes, 7 de septiembre de 2007

La aldea

Después de el encuentro con Salvador, el del asteroide; seguí con la historia en otro sueño: Me encontraba en una carretera que de pronto entroncaba en sinuosos senderos que llevaban a insospechados terrenos, donde pululaban individuos inquietantes, que de alguna forma ambicionaban algo que yo poseía, y que oníricamente a ese algo le di forma de cartas, o tarjetas con figuras extrañas, eran caricaturas, pero no del tipo oriental… ahora, reconozco que eran cartas del tarot, digo “ahora” porque en aquel entonces no conocía tal baraja …Evadiendo a la gente que me encontraba en las penumbras, me fui alejando hasta que amaneció y pude distinguir una aldea. Sus habitantes estaban festejando no sé que evento, tal vez una boda o similar. Se reunían en una parrillada, estaban asando un… cabrito, pero éste… se movía. Aparentemente, el animal había resucitado mientras lo cocinaban a las brasas. Pregunté a la primer persona que vi porqué el cabrito tenía que ser sujetado mientras lo freían y mi interrogado aseguró que era completamente normal que sucediera así (¿carne con su espíritu? No soy muy religioso, lo sé, pero tal vez mi subconsciente quería darme pistas). Como en ese sueño tenía hambre, decidí ir buscar mi almuerzo mientras me repetía a mi mismo ¡que no vaya a resucitar! Conseguí un horno para guisar a mi gusto pero no tuve mucha suerte en la preparación de mi comida, pues todo lo que era de origen animal, o sea carne roja, resucitaba y a mí me fastidiaba tener que clavar mi alimento a la mesa para que no se fuera a escapar. De modo que tratando de evitarme molestias mayores opté por no desayunar en esa aldea o dimensión.
Ya cuando iba de salida, entré a unas habitaciones, que llevaban a través de un atajo, a la carretera por donde había arribado a esa tierra donde los tablajeros son inimaginables. Eran cuartos mal iluminados, y de pronto, en uno de ellos, miré a una mujer que parecía ser muy hermosa pero no lo era, de hecho, ni siquiera pertenecía a la especie humana. Era tal vez anfibio o reptil (continuará...)

sábado, 1 de septiembre de 2007

Miré un pterodáctilo en la azotea.

A veces uno camina por las calles sin mirar hacia arriba; cuántas veces pensamos que aquel era un callejón desierto, hasta que no nos dimos cuenta que en las plantas altas había balcones y escaleras, desde donde, curiosos, los habitantes de ese universo estudiaban nuestras soledades: la melodía que tarareamos; o el susto que nos sacó el perro aquel; o el "adiós preciosa" que le dijimos a aquella chica cuando pasó frente a nosotros (y todo fue escrutado por los guardianes de los altos ventanales). Allá arriba hay un mundo y uno imagina que sólo hay tendederos de ropa y ventanas polvorientas, pero no; hay una comunidad que observa con atención la vida de acá abajo - es más fácil para ellos mirar hacia nosotros que nosotros mirar hacia ellos, es ley de la menor reacción: usamos más músculos para levantar la cabeza que para agacharla. Aunque puedas parecer paranoico, es recomendable que voltees de vez en cuando hacia los balcones y las azoteas. Que no sea la sombra del piano la que te de el aviso.

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