domingo, 10 de octubre de 2010

La carta por encargo.

Cuento corto.
Saludos. Es evidente que la crítica es el fundamento activo de la literatura bloguera, sobre todo, de aquella dirigida contra la humanidad de equis individuo... Sí, tal concepto es dinámicamente perfecto: Apatiñar al patiño, ya sea a espaldas de este, o de frente, da igual. La verdad, si yo fuera criticado como escritor de blogs o libros no sabría que contestar, tal vez me quedaría callado. - La calidad es lo que cuenta -, pensaría, y luego, quizás, prometería a esa gente : - Voy a darle gusto a todos, se los juro -, y ocultaría que me volví insensible a cualquier opinión sobre mi trabajo desde... una tarde de invierno... la tarde en que se acercó a mí aquella persona sin nombre.

Siempre he dicho a los que me pagan por escribir que las letras son mi oficio, pero acá entre nos, yo no soy escritor de verdad, yo nomás escribo lo que pienso, y luego, pienso mucho en eso que escribo. Y así, en ocasiones, me ocupo en redactar rarezas como aquella carta suicida que me encargó escribir un extraño, vaya, les juro que nomás lo conocí de vista.
Me alentaba a inventar las causas por las que él decidía  irse al más allá,  - Vierte tu imaginación, mira mi cara e improvisa -. Minutos más tarde dio la media vuelta y salió a la calle...
A la hora convenida regresó y le entregé su documento, el señor leyó algunas líneas: He decidido dejar este mundo porque me fastidia saber que solamente he amado a una persona en la vida: a Dios,  y fue hace mucho,  por lo tanto... - Dejó de leer, soltó la hoja sobre la mesa y volteó a verme directo a los ojos, luego se quejó amargamente de mi estilo:

- ¿Sabes qué?, después de leer el bodrio que redactaste ya no se me antoja darme en la madre. Ya ni friegas: ¡Nada es original! ¡Qué pinche ortografía! ¡Acá hay un callejón! Deveras, ya ni la amuelas, mira: ¡casi rimas melón con pelón! - Minutos después del berrinche y segundos después de poner en mi escritorio un par de billetes, el extraño desapareció de la habitación dejando en el aire un misterioso hedor a azufre y ozono
.

Por un tiempo, dejé de ver al diablo en la ciudad... y desde que regresó no ha vuelto a buscarme, quizás, porque decidió siempre no abandonar este planeta, o porqué no conseguí redactar para él la carta perfecta.

5 comentarios:

  1. No entendí del todo, pero lo importante es escribir lo que te salga de los huevos... muy españolamente dicho juujuju...

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  2. Es sólo un cuento, Alvaro. Cualquier parecido con personas o eventos reales son mera coincidencia. Gracias por tu visita.

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  3. Oye, me encanta la imagen de las hojas con agujeros y el fósforo a lado. Te mando saludos (escritos). Beso, Muack.

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  4. Darle gusto a todo el mundo es imposible, lo importante desde mi punto de vista es escribir de manera natural y espontanea, sin ataduras ni compromisos, esta es la ventaja de un blog el no tener que rendir cuentas a nadie ni estara sujeto a censuras.

    Curioso lo del suicida ¿fué cierto?

    saludos

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  5. Es ficticio, Ricardo, aunque con dedicatoria a un par de conocidos míos. El título original del cuento era "El día que el señor Aspergen decidió volver locos a los escribanos de su pueblo" pero
    pensé que era demasiado largo.

    Carmen, se trata de un diseño orgánico.

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