Mis mascotas

(Este fue el tema que escogí…Saludos a Aliónushka. ) Aquel día había decidido hacerme de una mascota y comencé divagando en qué animal sería perfecto para tal fin: gatos, no; hay cientos de ellos pululando en las azoteas, pensé. Tampoco perros, pues a veces se sueltan y andan por el barrio asustando a todo mundo, además, ladran fastidiosamente toda la noche. No tengo nada contra ellos, son animales, más bien no puedo, por lo pronto, atenderlos, ya que duro días sin llegar a dormir a la casa y no cualquiera va querer darles de comer. Total, no se me ocurrió absolutamente nada ese día, ni al siguiente; ni en el transcurso de la semana, ni en el transcurso del mes, hasta que una buena ocasión le pregunté a un amigo cuál era su mascota preferida; Aún lo recuerdo: volteó a verme con rostro entretenido, luego meditó un momento y me dijo: “peces”, y enseguida tuvo la amabilidad de mostrarme, para mi beneplácito, una pecera llena de guppies, dorados y otros bichos que no pude identificar de momento. Ya con un plan en la mente, acudí a una tienda de artículos de acuario en Guadalajara, (allá por donde está un cuartel del ejército). Se podían encontrar en el establecimiento toda clase materiales auxiliares y organismos para pecera: caracoles, piedritas, piedrotas, arena, filtros de aire, dispositivos para aumentar la temperatura del agua; y peceras: grandes, chicas, medianas… Me acerqué al mostrador -que para mí, tenía forma de pecera de vidrio-, tras el cual estaba la encargada de la tienda: -Disculpe, ¿Tiene usted pirañas?- Pregunté. -Sí, son esas de ahí donde está usted recargado.- Dijo ella señalando el lugar donde mis codos casi tocaban el agua. -¡Ah! (o sea: ¡AAAH!)- No era un mostrador en forma de pecera sino una pecera de a de veras; la mesa para despachar a lo clientes se encontraba del otro lado y no tenía forma de otra cosa... El susto trastocó el color habitual a mi piel dándole un tono gris o amarillo pálido. -Pero no se preocupe, esas pirañas no son tan carnívoras.- Aseguró ella, tranquilizándome. -¿Entonces que comen?- Quise saber, a pesar de todo. -Comida para peces, como la de este botecito. Son falsas pirañas: son Pacu. Se parecen mucho a ellas (a las Serrasalmus), pero no son tan feroces (son más bien como vacas), además, crecen más que las pirañas reales, (hasta metro y medio ¿Usted cree?)- Explicó ella extendiendo los brazos para darme una idea de la medida del pez. Decidí que no deseaba en realidad una piscina con pirañas (tampoco con pirañas vegetarianas gigantes que son tan pacíficas como vacas pastando)… A manera de epílogo: Tiempo después, unos muchachos de la colonia trajeron del río unas carpas vivas que abandonaron en una cubeta, a las que luego, después de rescatarlas, cambié a un tambo con 100 litros de agua. Ya tienen un mes ahí y no han necesitado filtro de agua,además, parecen ser un especie de carpa pequeña, pero quién sabe, ya el tiempo lo dirá. Las alimento con comida estándar para pez tropical y son criaturas extraordinarias: cuando el agua es clara son invisibles, cuando se enturbia (es natural para las carpas que el agua esté turbia) también, son invisibles, aunque es posible observarlas por una fracción muy breve de segundo cuando salen a tomar aire a la superficie. Todo es cuestión de que no te vean llegar.