Una de las primeras cosas ke recuerdo de mi infancia es el estéreo de la cocina, y cómo por un breve periodo fue un miembro de la familia.
Recuerdo cuando fuimos a comprarlo, en una de esas tiendas elegantes, durante un viaje ke hicimos a Yuma. Con su apariencia minimalista y su color gris, no destacaba de los otros aparatos, ke se imponían con sus colosales bocinas y su color negro en los estantes, junto con las televisiones, y las nuevas videocaseteras VHS ke acababan de llegar.
En otras circunstancias, mi mamá tal vez hubiera optado por uno de estos aparatos con sonido estereofónico de alta fidelidad, o hasta un reproductor de discos compactos de los ke tanto se hablaba entonces, sin embargo, dado el pekeño espacio reservado junto al microondas en la casa, mi papá le aconsejo este otro ekipo, mucho más práctico, de tamaño mediano, lo ke lo hacía portátil, con doble casetera, receptor am/fm digital, y con despertador, color gris, de corte mas bien minimalista, nada elegante, sin embargo nada feo. En ciertos aspectos, creo ke eso fue algo ke mi papá me heredó, la habilidad de tomar decisiones juzgando por lo práctico sobre lo estético. Aún a la fecha, cuando necesito algo y encuentro un remedio ke se mira bien, pero ke no resuelve mis problemas, entonces no es un remedio, pero si encuentro algo ke cumple todas mis expectativas, no importa la apariencia... ahora ke si además es bonito, pues es un extra, mas no una cualidad.
El día ke el estéreo llegó a mi casa (y ke fue propiamente instalado) fue todo un suceso. A pesar de ke en mi casa no era costumbre el oir música durante el día, a excepción, claro, de las fiestas y reuniones los fines de semana, era un alivio poder hacerlo, sobre todo en las mañanas, y despues del trabajo, porke a la hora de la comida se apagaba y despues de eso el amo y señor de la casa era, desde luego, la televisión.
Como sea ke fuera, la llegada del nuevo aparato a mi casa fue un evento muy importante, no era un electrodoméstico más, como la licuadora, la batidora o el tostador de pan, ya ke habría todo un mundo de posibilidades ke ninguno de estos aparatos podía proporcionar, ni sikiera el microondas debajo del cual se situaba el estéreo. Y sé ke el microondas se va a sentir celoso por esta afirmación, pero el sonido de la campanita ke indicaba ke la comida estaba lista, no era tan satisfactorio como poder escuchar música, y durante el período después de la comida y antes de la cena, el estéreo me pertenecía completamente.
Así fue ke, después de la comida y de ke mi mamá terminaba sus actividades en la cocina y se iba a otro lugar, (y de ke yo viera un par de caricaturas en la tele), yo tenía a mi total disposición un maravilloso aparatejo, ke me brindaba toda la magia del espectro del am/fm, por lo ke dedicaba ese tiempo a escuchar música, dentro del rango de música ke circulaba en las ondas radiales en ese entonces. Puedo decir honestamente ke no era una actividad primaria, y por tanto no lo hacía todos los días, pero fueron mis primeras experiencias y era un experimento sumamente divertido.
A mi corta edad*, mis gustos musicales no estaban desarrollados aún, cosa ke pareciera ser mala, pero al contrario, al no tener ninguna brújula ke me orientara hacia ciertas tendencias, tampoko tuve los vicios ke conlleva el dejarte influir por alguien (generalmente algun hermano mayor o figura de admiración), salvo lo ke se programaba en el radio, ke en ese entonces era mucho mas variado. Así ke por esa parte, gracias a ese estéreo desarrollé no solo tolerancia, sino gusto por varios géneros musicales ke se caracterizan por ser contrarios (o por lo menos por no llevarse bien entre ellos), y no me da vergüenza admitirlo. Claro ke, con el correr de los años, uno se va orientando más hacia un solo lugar, alejándose de los otros, pero ese tipo de cosas no se te olvidan, y aún hoy me puedo jactar de escuhar sin ningún problema cualkier tipo de música... mientras sea, por supuesto, buena música.
Y así fue ke, pasaron los años, y yo aprovechaba esa ventana de tiempo ke me proporcionaban las ocupaciones de mis padres, para hacerme del dominio de la cocina, frente al tostador, la licuadora, y arriba del microondas, y llenaba mis oídos de tantas y tantas rolas, de tantos artistas y grupos, ke sería injusto nombrar solo unas. Eso, y el hecho de ke en ese entonces no me los sabía, así ke es imposible mencionar alguna sin margen de error.
Un día, los amantes de lo ajeno decidieron hacernos una visita mientras no estábamos en casa, y en vista de ke no estábamos decidieron llenar el vacío de nuestra ausencia tomando algunos objetos materiales de preciado valor. No se llevaron al amo y señor de la casa debido a ke no cabía por la ventana donde habían entrado, no se llevaron dinero porke no encontraron, tampoko se llevaron al microondas, la batidora, la licuadora, y ni sikiera el tostador de pan... se llevaron el estéreo.
Al llegar de la escuela fue ke nos dimos cuenta del suceso, la casa había estado sola por menos de media hora, claramente esto había sido fríamente calculado, un acto de abducción deliberado, un atake directo a un miembro de la familia.
Me sentí muy triste por la pérdida, no puedo decir ke lloré, pero sí me sentí frustrado, había perdido a mi primer mejor amigo, práctico, portátil, con doble casetera, receptor am/fm digital, y con despertador, color gris, de corte mas bien minimalista, nada elegante, sin embargo nada feo, siempre fiel hasta el final, ya ke, aun cuando se fuera la luz, con 4 baterías 'C' llenaba de ambiente la casa desde ese pekeño espacio ke ocupaba encima del microondas. Espero ke el destinatario final de tan valioso artículo electrodoméstico (no olvidemos ke estaba en la cocina y ayudaba a mi mamá a preparar la comida todos los días, aún con mas frecuencia ke la licuadora, y mucho más ke la batidora ke solo trabajaba los sábados para hacer los hot-cakes, y cuando se hacían chiles rellenos**) haya sabido darle un buen uso y lo haya apreciado lo suficiente como para cuidarlo hasta el final.
No fui el único al ke la pérdida le afectó, mi hermano menor se lo tomó mas personal y no dejaba de gritar "Rateros, cochinos rateros!!!", y habría salido a la calle a gritarlo a los cuatro vientos de habérselo permitido mi mamá, pero, ella lo tomó con más calma, le dijo algunas palabras para consolarlo, parece ke ya conocía el concepto. Mi hermana mayor si estalló en lágrimas, mas no tanto por el estéreo, sino por otro de los objetos ke se robaron, una flamante videocasetera VHS nuevecita de pakete, donde grababa las apariciones de Magneto en la tele, no era tanto ke estuviera tristemente devastada o ke le hubiera dado mucha importancia, solo ke las mujeres lloran mas frecuentemente ke los hombres, y ke no iba a tener donde ver lo ke ya había grabado.
Cuando mi papá llegó a la casa, vió lo ke había pasado y se encargó del asunto con toda naturalidad. Evidentemente por la reacción de mis padres, no era la primera vez ke pasaba, sin embargo, era la primera ke yo recordaba.
Muchas cosas pasaron despues de ese incidente, y algunas otras dejaron de pasar, dentro y fuera de la casa. Los ladrones volvieron en un par de ocasiones, pero como las ventanas estaban enrejadas, no tuvieron oportunidad de devolvernos el estéreo, ni la videocasetera VHS de 4 cabezas***, vaya, ni sikiera el video de grabaciones de Magneto, ke contenía la presentación del grupo en el programa "En Vivo con Ricardo Rocha" y para el cual mi hermana se había trasnochado grabando. En su lugar se llevaron un par de bicicletas ke estaban encadenadas afuera de la casa.
Mi hermano volvió a gritarles "Rateros", pero esta vez no hubo necesidad de decirle ke no saliera a la calle.
Al tiempo de sucedido este otro evento, construimos un pekeño cuarto al fondo del terreno, donde metimos todos akellos objetos ke los ladrones pudieran kerer llevarse, pero ke también evitó ke los amables señores pudieran devolver akellos objetos.
Porke no se llevaron los relojes?
Así el tiempo se hubiera detenido por lo menos unos momentos.
Pero el tiempo siguió su curso, compramos una nueva videocasetera VHS, también de 4 cabezas, Magneto volvió a salir con Ricardo Rocha, y los objetos de la casa fueron gradualmente reemplazados conforme dejaron de funcionar. La licuadora, la batidora (y eso ke solo trabajaba los sábados, y cuando había chiles rellenos****), el tostador de pan, hasta el microondas, todos fueron cayendo en la línea del deber, y el amo y señor de la casa, poko a poko se fue dividiendo en pekeñas pantallas alrededor de la casa, ocupando inclusive el lugar en la cocina ke por akel breve periodo ocupó un miembro de la familia, no encima del microondas, pero sí en el mismo cuarto.
Hoy, a pesar de ke casi todo ha sido reemplazado, inclusive los relojes (y los Magnetos), el tiempo sigue corriendo, y muchas, muchas cosas han cambiado. Las videocaseteras se fueron sucediendo en linaje hasta llegar a la cuarta (todas de 4 cabezas), ke hoy pelea su sitio frente a la televisión con el DVD, mi hermana escucha a RBD, y mi mamá cocina escuchando las telenovelas ***** (todas, menos RBD), los amantes de lo ajeno ya no han venido a visitarnos, a pesar de haber un par de bicicletas esperándolos, pero sinceramente no creo ke hayan perdido su amor por las cosas ajenas, y la única constante es el cambio.
Yo, por mi parte, después de ke se fué, traté de llenar el vacío ke había dejado akel estéreo (nunca de reemplazarlo, los miembros de la familia son irreemplazables), pero nunca encontré un aparato ke se le comparara, así de práctico y duradero, con todas las funciones ke tenía, y me dí cuenta ke nunca van a fabricar un aparato tan práctico como akel ke una vez fue parte de mi familia, sea por conveniencia, o porke dichos productos (y la musica ke suena dentro de muchos de estos) cada vez son más desechables para venderse en gigantescas tiendas de descuento, o por la razón ke kieran. Pero, aparte de los recuerdos, ese estéreo me dejó un gran legado, y su recuerdo siempre estará conmigo.
Ahora ke, si kieren saber la historia de mi walkman, tendrán ke esperar.
* Sí, no mencioné la edad ke tenía a propósito.
** Ke, por cierto, nunca fueron mis favoritos.
*** Me pregunto si serán como las hidras, ke cuando le cortas una cabeza salen dos mas en su lugar.
**** Ke nunca fueron mis favoritos.
***** porke no las mira, así ke son algo así como radionovelas.
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escuchar al tio gamboin ja ja s(((( se escribe asi )))) era todo el pedo ja ja ja
ResponderBorrarTe quedó perfecto el post.
ResponderBorrarMe gustó el detalle donde dices que los ratas no encuentran como entrar para regresar las cosas.
En mi infancia hubo muchos radios, todos ellos terminaban desarmados y en una caja de tiliches viejos.
Si we no mames que recuerdos ajaj
ResponderBorrarhttp://begue.blogspot.com
como duelen esas cosas no? es como que nunca falta que se lleven solo lo que te gusta mas... mi mochilaaaaaaa !!!! buuuu
ResponderBorrary tienes razon.. la historia del walkman, o en mi caso del 4to walkman es otra historia.. =)
¡Voooy yooo!
ResponderBorrarhey hola, soy un poconueva, pero tienes razon no se pork siempre te roban las cosas k mas kieres, malditos ratas k se pongan a trabajar...
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